jueves, 29 de mayo de 2014

Artículo

Libros de Autor. Análisis y selección.

La literatura de autor

La literatura infantil y juvenil es un genero más dentro de la literatura, para un público determinado pues el niño es el inspirador y el reclamo. Conjugan sencillez, audacia poética, alegoría y simbolismo además de usar la metáfora afectiva y establece una comunicación entre el protagonista y el lector para fomentar un desarrollo progresivo de la personalidad.

El maestro utiliza textos para incidir en el desarrollo del niño en todos los niveles afectivos y de conocimientos propuestos para la etapa donde se encuentra. La literatura infantil pone a su alcance gran cantidad de posibilidades didácticas.

Hay que diferenciar la literatura y de la paraliteratura, ya que la primera se refiere al arte que utiliza las palabras para manifestarse sin propósito de enseñar ni para inculcar pensamientos o valores. En cambio la paraliteratura aunque presenta casi todas las características de la literatura, difiere en alguna de ellas por lo que no puede considerarse Literatura.

En Literatura Infantil esta diferenciación es más importante pues la paraliteratura tenía el objetivo principal de moralizarlos o educarlos en el conocimiento del entorno.

El texto teatral

El teatro se escribe para ser representado no para ser leído, pues se usa más en los talleres de teatro para que los niño se atreva a servise de su cuerpo y a hablar en voz alta.

Es necesario que el profesor no tenga miedo al fracaso y supere sus complejos, además de tener paciencia y no desanimarse por las dificultades.

La actividad teatral permite al niño:
  •   Hablar y mejorar su lenguaje
  •   Interesarse por la lectoescritura.
  •   Situar espacial y temporalmente el tema tratado
  •   Poner en práctica ciertos medios de expresión artística
  •   Familiarizarse con el lenguaje no verbal
  •   Desarrollar la psicomotricidad.

Es un medio para desarrollar todo esto de una manera más motivadora y coherente.

La poesía de autor

No hay proyección en el aula. Trata de empatizar con el sentimiento del autor y hay que presentarla como un juego artístico. Con la poesía se puede desarrollar su individualidad, su vena sensible y su formación estética. Hay que hacer que jueguen con su imaginación y creatividad presentándole juegos de palabras, absurdos.

Los cuentos de autor

Con los cuentos de autor hacemos que el niño se reconozca en el protagonista ya que estos se adaptan a su psicología enfocándolo a sus necesidades sin llegar a ser un instrumento didáctico (es decir, sin llegar a que el cuento sea paraliteratura). Debemos tener muy en cuenta la edad del niño y para eso nos centraremos en el niño protagonista del cuento: este debe de evolucionar a la vez que el niño que escucha o lee el cuento, favoreciendo la maduración del niño en aspectos como la interiorización del yo, la inserción social y el desarrollo lingüístico. Estos niños protagonistas deben ser simples y cercanos pero con una psicología razonada.

Existen dos tipos de protagonistas: los positivos y los negativos. Los positivos se superan a si mismos y cumplen sus sueños mientras que los negativos necesitan que otro los ayude a superarse. Con esto el niño que recibe la historia plasma la historia en sus propias circunstancias y aprende cómo obtener éxito.

Un recurso indispensable para todas las etapas de Educación Infantil son los libros ilustrados, concretamente, los álbumes de imágenes. Sus dos cualidades más importantes son que las imágenes ocupan mayor espacio que el texto en las páginas y que existe una interrelación de código, esto es, que las ilustraciones y el texto forman una unidad en sí mismo.

Análisis de textos de autor.

Este es uno de los puntos fuertes de este bloque y en donde se basa nuestra primera actividad de esta asignatura. Para que nuestros alumnos se acerquen de una manera positiva a la lectura y por tanto a los libros, debemos cuidar mucho los libros que seleccionamos para ellos. Para eso, además de conocer bien a nuestros niños debemos de fijarnos en su momento evolutivo, sus necesidades y su edad.

Después de esto debemos pasar a hacer un análisis del cuento que queramos dar a nuestros niños. Para ello nos fijaremos en su formato y en su contenido.
De manera breve tratare ambos aspectos:
  • En el formato debemos fijarnos en su aspecto externo (su manejabilidad, tamaño y motivación de la portada), ilustraciones (si se compagina con el texto, si son atrayentes, si son o no esteriotipadas, etc.) y la tipografía (si esta ajustada a la edad de los niños, si es legible, los espacios entre las palabras, etc.).
  • En el contenido nos fijaremos en el tema (tanto el principal como los secundarios correspondiendo o no al momento evolutivo del niño), la estructura (si es lineal, acumulativa, flash backs, etc.), el/la protagonista (es algo muy importante pues debe responder al momento evolutivo del niño, que no sean planos, etc.), los demás personajes (si se pueden reconocer los roles del entorno del protagonista), los valores y contravalores (si son comprensibles y adecuados) y el lenguaje (si el vocabulario es adecuado, entendible, claro y simple).

Según la edad se pueden tener en cuenta varios aspectos para elegir los libros:
De los 0 a los 2 años, el niño explora a partir de los sentidos disfrutando de los libros y cuentos que le suministran experiencias auditivas, táctiles y visuales; que lo invitan a participar activamente con movimiento físico; que lo invitan a explorar y jugar con su sonido, incluyendo repeticiones y sonidos interesantes; le gustan los cuentos con ritmo y rima y los que le permiten conocer objetos, partes del cuerpo, etc.
De los 2 a los 4 años, comienza a construir los símbolos, interpretación “mágica” de la realidad, egocéntrico en su interpretación de la realidad y aumenta su vocabulario a enorme velocidad. Les gustan los cuentos leídos o contados por un adulto y de “leer” los libros a partir de las imágenes, cuentos que introduzcan conceptos simples relacionados con forma, color, tamaño y número; por otro lado vienen bien los cuentos cuyo eje sea un niño como él, con lenguaje rítmico y repetitivo, con trama algo más compleja, con partes que se repiten o con cuentos de trama acumulativa.
De los 4 a los 6 años, el niño experimenta terrores personales que son normales; desarrolla el concepto de identidad individual y su autoestima. En esta época es más autónomo en su lectura: ya distingue palabras y sabe seguir la narración, “leyéndose” a sí mismo en voz alta, a través de las ilustraciones. Le gustan los cuentos que le permiten trabajar sus emociones personales; los cuentos que le hablan de la importancia de uno mismo; los cuentos que le presentan la fantasía de manera verosímil, los cuentos con secuencia narrativa clara, los cuentos de trama predecible pero con finales sorprendentes, que le presentan finales felices y justos, que le permiten desarrollar su capacidad para percibir detalles.
El niño no sólo puede leer desde muy temprana edad, sino que es necesario que lo haga. El niño pequeño primero hace el dibujo y, sólo cuando está terminado, le pone nombre. Así es cómo el educador ha de guiarle por ese mundo mágico que es la lectura entendida como un proceso que favorece el desarrollo de la creatividad y de la inteligencia emocional del niño.
Para los bebés, las ilustraciones representarán un único objeto, con colores planos y vivos sobre un fondo para favorecer la discriminación de formas, tamaños y figuras.
Además existen libros “de baño”, elaborados con gomaespuma forrada de hule, que el niño puede manchar, morder y mojar sin que se estropeen. Existen libros de tela (tipo fieltro) con elementos manipulables que se pegan y se despegan con velcro. Hay, también, libros de cartón ligero, de pequeño tamaño, con cantos redondeados y con agujeros para permitir que el niño pase las páginas con facilidad.
Es importante que el niño vaya familiarizándose con el texto escrito, por ello mientras que va creciendo se introducirán palabras y frases cortas. A los dos años, se introducen narraciones breves representadas en las ilustraciones con los álbumes de imágenes que ayudan a desarrollar el léxico y la atención. Los temas más indicados son los realistas cercanos a la experiencia del niño, con los que éste puede identificarse y revivir su realidad.
En estas edades el niño vive en un mundo de fantasía en el que todo lo que le rodea cobra vida, se identifica con los personajes fantásticos, interioriza la trama de las historias incluso resuelve ciertos conflictos, se libera de sus propios temores inconscientes y proyecta su realidad con la fantasía.
Con tres años no necesitan historias, sino secuencias por lo que la ilustración de estos libros es más importante que el texto. El niño trata como personas a objetos y animales aceptando que hagan lo mismo que él permitiéndole identificarse así con los protagonistas
Los argumentos de los cuentos para niños pequeños girarán en torno a las actividades, sentimientos, miedos y deseos comunes a esta edad.
A partir de los cuatro años aparecen los cuentos folclóricos con temas tales como princesas, encantamientos, magia, etc. Estos cuentos pueden no ir acompañados de imagen pues la palabra del narrador será el instrumento básico para que los niños puedan imaginarse estas ilustraciones.
Los cuentos para cinco años serán los relatos de aventuras, reales, con protagonistas niños. Además de empezar a llamarle la atención cosas concretas como los animales, los dinosaurios, etc. desde una manera realista.

Textos folclóricos. Selección y adaptación

La literatura folclórica

Nos referimos a literatura folclórica a aquellas historias, canciones, retahílas, leyendas, mitos, etc. que han pasado de generación en generación a lo largo de la historia de la humanidad y se han ido transformando.

Sus tres características principales son el anonimato, la narración oral y la multitud de variantes de una misma historia.
Hay folclore en verso y en prosa y su transmisión es fundamentalmente por vía oral lo que nos da la posibilidad de adaptarlo para el aula y poder contar el relato de muchísimas formas distintas.

En el aula el folclore se puede usar como forma de aprendizaje y a la vez de entretenimiento pues hace que el niño viva la palabra, su ritmo y musicalidad además de incorporarlo a su cultura actual y pasada.

Los tipos de textos folclóricos en prosa son los siguientes:
  •   Cuento folclórico: relato breve ficticio de carácter lúdico surgido de la tradición oral.
  •   Mito: relato sobre la actuación de dioses o héroes en tiempos lejanos.
  •   Leyenda: es una forma simple reflejando una tradición local.
  •   Fábula: relato breve con sentido moral protagonizado por animales reflejando pasiones y actitudes humanas. Es moralizante y viene acompañado de una moraleja.

El teatro folclórico infantil

La educación debería devolver el teatro al lugar donde le corresponde pues siempre ha sido usado como instrumento para la educación popular. Además los teatros de títeres o marionetas son muy atractivos para los niños y los adultos.

Los tipos de títeres son muy variados, el más simple que son las manoplas o guantes u se manipulan con los dedos, las marionetas que son articuladas de modo que cada parte del cuerpo se mueva de forma independiente y los más complicados, los de varas o palos.

Las representaciones pueden ser también muy distintas, tanto las más simples hasta las más elaboradas con decorados, mobiliarios y demás. La música es una parte bastante importante junto con el dialogo y la aparición o no de narrador. La más popular suele ser la de los títeres de cachiporra donde un personaje malvado obtiene algo del personaje bueno, el personaje bueno pide ayuda a los receptores de la historia y al final consigue su objetivo, castigando al personaje malo.

Los títeres en el aula  favorecen la interiorización de argumentos, de conceptos y vocabulario. Además al ser personajes claros el niño se siente cómodo viendo e interpretando cualquier personaje.

La poesía folclórica

Esta poesía introduce al niños desde que nace a la palabra, el ritmo, los símbolos ejercitando su motricidad, su memoria y ejercitando su ingenio.

Los principales valores didácticos del folclore en verso son el juego, pues el niño disfruta y se divierte con los juegos de palabras, las rimas, las onomatopeyas, etc., la motivación intrínseca y la creatividad, pues la poesía acentua esta creatividad de los niños junto con su expresividad.
Sus características principales son el absurdo, el ritmo y musicalidad junto con el humor.

Su calificación temática nos deja tres grupos: en el primero estarían las rimas de ingenio (retahílas, formulas de sorteo, burlas, trabalenguas, adivinanzas y prendas), el segundo serían los juegos y rimas de movimiento y acción (nanas de movimiento, los juegos de movilidad – inmovilidad, de tiento, de lanzar objetos y de combas/gomas) y el tercer y último grupo estarían las danzas de corro (canciones de saltos y giros, de palmas, mimos, pasillos, imitaciones y escenificaciones).

Los cuentos folclóricos

Por cuentos folclóricos nos referimos a los cuentos maravillosos o de hadas.

En su Morfología del cuento Propp nos explica que los cuentos maravillosos responden siempre a una estructuración, con tres aspectos fundamentales:
  1. 1 Los papeles deben ser desempeñados por diferentes personajes.
  2. 2 Las acciones componen el planteamiento, nudo y desenlace.
  3. 3 Las funciones se producen por el significado de las acciones dentro del cuento.

La estructura interna siempre tiene que tratar de tres momentos concretos como hemos dicho antes: planteamiento, nudo y desenlace. Con los niños nunca se nos puede olvidar estos momentos pues debemos ofrecerles una estructura lineal en la historia y establecer relaciones de causa – efecto.

Algo esencial para los cuentos folclóricos es la magia que usemos para contarla, es decir, lo interesante o atrayente que lo hagamos para los niños. Por ejemplo, las formulas de entrada y salida junto con el momento que elijamos hacen que el momento de la narración de un cuento folclórico resulte apetecible y especial.

También hay que prestar mucha atención a los motivos del cuento pues en ellos se refleja la esencia del cuento: los miedos, deseos e ilusiones.

Como motivos principales y más usados podemos ver la búsqueda de tesoros ocultos, la fuga o persecución, el reino de las hadas, la búsqueda del amor verdadero, el huérfano maltratado, el sol y la luna, entre otros.

Otro punto muy importante en los cuentos folclóricos son los personajes, que se pueden agrupar en varios grupos. En este artículo los citaré brevemente pues, prácticamente todos sabemos la descripción de cada uno: el héroe o la heroína, el enemigo, las hadas, los duendes, los gigantes, los ogros, las brujas, los magos, los genios, los animales mágicos, los objetos mágicos y los acompañantes.

Los grandes recopiladores

En este apartado hablamos de los tres recopiladores más famosos que se han encargado de recopilar, adaptar o versionar los relatos folclóricos de antaño para que quede constancia de ellos.
Para poder contar un buen cuento folclórico en el aula debemos tener primeramente una buena fuente de recopilación o adaptación de estos relatos pues, si nos fiamos de algunos libros que pretenden ser adaptaciones correctas quizás nos estemos equivocando.

En este apartado vimos a autores como Perrault, los Hermanos Grimm que son muy utilizados para los niños por ser las mejores adaptaciones y, por último, Hans Christian Andersen.

Uso de los cuentos folclóricos. Selección y Adaptación.

Debemos pensar que, como dijo Rodari, el cuento folclórico es el primer e importante paso que acerca al niño a la lectura pues ayuda a los niños a conocerse y a explicarse el mundo. Los cuentos de hadas ofrecen a la imaginación del niño nuevas dimensiones a las que sería imposible llegar por sí solo pues le sugiere al niño imágenes que le servirán para poder estructurar  y canalizar mejor su vida.

El uso de estos cuentos estimula entonces la fantasía, el ritmo, la lógica y el lenguaje; desarrolla la personalidad, liberando miedos y deseos además de suponer un acercamiento al medio físico y social junto con las normas y valores que le rodean al niño.

Pero para que todo esto sea posible debemos de hacer un buen uso de estos cuentos y adaptarlos para la edad que queramos de manera coherente y atrayente. Podemos modificarlo pero debemos respetar los matices y las imágenes que nos proporciona, eliminando solo los aspectos morbosos y obsoletos.

El esquema básico debemos tenerlo muy claro y mantenerlo en todas nuestras adaptaciones: los protagonistas han vivido durante su infancia protegidos, y más o menos felices, en su núcleo familiar y se ven obligados a abandonar esta comodidad para realizar  “un viaje iniciático” y superar una serie pruebas que representan la vida adulta, esto debe de mantenerse en cualquiera adaptación junto con el motivo del cuento.

Para hacer un correcto uso didáctico debemos ver que es lo que mejor va para las edades de nuestros alumnos, siendo algo así:
  •   De 0 a 2 años: trabajaremos aspectos psicomotrices, lingüísticos y afectivos con nanas, cuentos de formula cortos, textos cortos en verso asociados al movimiento, etc.

  •   De 2 a 4 años: comienzan a experimentar sentimientos y reconocerlos teniendo consciencia poco a poco de lo que esta bien y mal. Para esta etapa les gustan los cuentos de animales y maravillosos sencillos.
  •   De 4 a 6 años: La fantasía es parte de la realidad y por lo tanto es la época de los cuentos clásicos y dejarse llevar por el ritmo de las retahílas y las cancioncillas.

La hora del cuento

La hora del cuento resulta ser el mejor momento para poder atraer a los niños a la lectura pues antes de aprender a leer deben querer hacerlo para que así lo harán de una manera más sana y rápida.

Hemos de tener en cuenta que no tenemos que convertir este momento en otra ocasión para enseñar si no que lo más importante debe ser el disfrute de los niños. A veces estos momentos pueden aparecer de manera inesperada pero debemos tener claro que tenemos suficiente tiempo para hacerlo pues, así no interrumpiremos el momento.

Algo imprescindible en esta hora es la interactuación con los niños ya sea durante el cuento o  al acabar el cuento con algunas preguntas que nos hagan ver, no lo que han aprendido realmente sino más bien si les ha gustado.

Hay tres estilos claros para contar en la hora del cuento: el cuentacuentos, la narración con libro y la lectura. Veamos brevemente cada uno de ellos.

El cuentacuentos

Esta estrategia para contar los cuentos se basa en la narración sin libro normalmente de un cuento folclórico. Al no usar imágenes trabajamos con los niños la imaginación. Debemos tener cuidado de no destruir el esqueleto del cuento folclórico al adaptarlo para los niños que queramos contárselo pero por lo demás tenemos vía libre para recrearlo. Para realizar el cuentacuentos de manera correcta debemos fijarnos en algunos aspectos primordiales como las fórmulas que vamos a emplear para crear la magia del momento, una entonación adecuada, unas pausas y un ritmo adecuado para mantener la atención del niño, tener un volumen y una expresividad correcta pues tanto si nos pasamos como si nos quedamos cortos haremos que esta técnica pierda interés en los pequeños.

La narración con libro

Esta técnica es muy parecida al cuentacuentos pero con el apoyo de las imágenes. El maestro debe conocer la historia de antemano. Esta técnica se usa para trabajar la imaginación icónica pues el maestro no cuenta la historia sino que cuenta las ilustraciones. También debe fijarse en los mismos aspectos que el cuentacuentos.

La lectura

Para poder hacer una buena lectura debemos tener en cuenta de nuevo muchos aspectos del cuentacuentos pero además, hemos de leer despacio, claro y vocalizando pero sin llegar a pasarnos pues entonces la lectura resultara difícil de entender y aburrida. En este caso los niños solo cuentan con nuestras palabras y su imaginación aunque, al acabar, también podemos dejarles el libro para que vean las imágenes que ya tenían ellos en la cabeza.

Creación literaria con y para los niños.

Crear textos para los niños, no es complicado. Solo debemos tener en cuenta que el argumento sea cercano y responda a sus intereses y necesidad; que la estructura sea sencilla y lineal; que en los personajes el niño pueda identificarse a el mismo y a su entorno; que existan enseñanzas evidentes con un lenguaje claro y adecuado a la edad que queremos que disfrute del texto. Si además queremos ilustrarlo debemos tener presente que la imagen siempre debe predominar en el texto.

Cuando creamos textos con la clase debemos pensar que los maestros pasamos a ser los mediadores de la actividad, participando solamente para fomentar la creatividad y la fantasía, para mediar en los turnos de palabra y elaborando la redacción definitiva. A no ser que estemos haciendo un “libro viajero” o un “libro en clase” esta creación debe ser oral y colectiva.

Creación en prosa

Hay que pensar que cualquier niño de infantil ha inventado historias y cuentos aunque no los hayan escrito como tal. Por tanto esta creación suele resultar bastante fácil. En el tema hemos tratado algunas estrategias para la creación de prosa para y con los alumnos. Son sencillas y lo único que se necesita es mucha imaginación. Alguna de estas estrategias son: el dibujo, historias mudas, el binomio fantástico y la hipótesis absurda de Gianni Rodari, los cuentos al revés, etc.

Creación en verso

Una cosa muy importante para la creación en verso es que no es necesario que rimen. Para crear en verso también vimos muchas estrategias distintas pues es más fácil quedarse en blanco con este tipo de creaciones. Algunas de las estrategias que podemos usar son: tantanes, trabalenguas, letanías, acrósticos, caligramas, encadenamientos, comparaciones y muchas más.

Creación dramática

Es este caso, lo que podemos hacer como maestros es crear pequeñas obras para que los niños puedan representar en el aula. Para esta creación podemos usar las estrategias de la creación en prosa, elegir el elenco y recrear los diálogos de la historia.

Creación de cuentos

Siempre que hagamos una creación literaria en el aula podemos pasar a la creación artística, es decir, a crear el cuento para poderlo poner el nuestra biblioteca y volver a leerlo cuantas veces quieran los alumnos tanto de manera individual como colectiva. Las tres reglas básicas para la creación de libros deben ser : la resistencia, mínima inversión económica y poca dedicación temporal.

Biblioteca de aula y animación a la lectura

Biblioteca de aula

La biblioteca de aula es un elemento indispensable e insustituible  pues el rincón de la lectura, es el marco idóneo para el ejercicio del placer de leer, para el desarrollo del hábito de la libre elección y para satisfacer los naturales deseos de saber o de ampliar sus conocimientos como resultado de un auténtico planteamiento activo del aprendizaje.
Para crear una buena biblioteca de aula donde los niños puedan disfrutar de la lectura lo primeros que tenemos que fijarnos es en el espacio y la decoración que queremos usar para que a los niños les sea atractivo ir a ese rincón a leer o a disfrutar de los libros.
El lugar debe ser agradable, amplio y luminoso para poder permitir múltiples y distintas actividades. Por lo tanto las condiciones que debe cumplir este rincón entre otros,son:
     o Ambiente estimulante, motivador y ordenado
     o Cálido y confortable
     o Propicio al uso autónomo
     o Evitar las interferencias acústicas
Si además de esto conseguimos que el rincón sea mágico y especial habremos hecho un buen trabajo.

Otro punto a tratar es la selección de cuentos y la gestión de fondos. Debemos hacer un rincón rentable pues posiblemente los fondos que dispongamos para hacerlo no sean muchos. Por otro lado, la selección de los cuentos es crucial, pues debemos hacerla de una manera correcta, adaptándonos a la edad que tengan nuestros alumnos y al momento evolutivo en el que se encuentren. 

Algunos de los aspectos importantes que debemos tener en cuenta en los libros para los niños pequeños los hemos tratado en el primer bloque del temario.

Animación y motivación

Debemos hacer que los niños se animen a leer o por lo menos a disfrutar con la escucha o la lectura de los cuento. Quizás simplemente con que disfrute primeramente teniendo un libro en sus manos y viendo las imágenes podemos sentirnos afortunadas pues no suele ocurrir. La animación y motivación para la lectura debe estar bien preparada y adecuada a la edad de los pequeños que tendremos como receptores. Hay muchas estrategias para hacer una animación correcta por ejemplo, la lectura icónica, definir estados de ánimo de los personajes, etc.

Lo importante es que los niños aprendan a disfrutar de los cuentos como parte de su vida y de su entorno próximo.

Conclusión final de la asignatura
Bueno, definitivamente creo que esta asignatura ha sido una gran fuente de información y enseñanza para toda la clase pero personalmente me ha enseñado muchísimas cosas que no habría imaginado. Entre otras muchas cosas, me llevo una larga lista de libros que me han gustado mucho para tenerlos en mi futura biblioteca de aula (algunos ya los tengo en casa) y también me llevo una gran página donde he podido encontrar muchos cuentos folclóricos para poder adaptar tanto a mis futuros alumnos como a los niños que ahora mismo tengo a mi cargo (http://www.ciudadseva.com/bibcuent.htm).

Algo que me ha gustado muchísimo ha sido aprender a analizar los cuentos que podemos usar en el aula. Cuando empecé la asignatura entendía que todos los libros o álbumes de imágenes, cuentos y demás que se crean para los pequeños estaban bien fundamentados y bien hechos pero me he dado cuenta de que no siempre es así y que, como futuras maestras, debemos andarnos con ojo con que libros podemos o no podemos disfrutar con nuestros niños.

Aprender cosas como los cuentos folclóricos, de donde vienen, como podemos adaptarlos y contarlos ha sido fabuloso. Desde bien pequeña me ha encantado escribir cuentos, historias, etc. y creo que es una práctica que no se hace prácticamente en ningún momento en el aula. O al menos en mi aula de prácticas no lo vi y me desilusiono muchísimo. Un niño es una fuente inagotable de imaginación y fantasía, las cosas que se les ocurren son fantásticas además de interesantes e innovadoras por si solas. Debemos dejar que esa imaginación crezca no irla matando con nuestra poca imaginación.

En un futuro me imagino en un aula con una biblioteca de aula que les guste a los niños, que les encante coger un libro simplemente para pasar hojas y disfrutar de su propio cuento “leído” con las imágenes. Me imagino contándoles distintos cuentos, de distintas maneras, viendo en su cara la ilusión, la tensión y el desconcierto por el desenlace final de un cuento.

Yo tuve la suerte de disfrutar de todo esto en mi casa, pues mi madre siempre ha sido una gran lectora y ese mismo deseo por devorar libros, quizás hasta venga en los genes pero sobre todo viene imitando y observando a los adultos. Intentaré que mis alumnos hagan suyo ese deseo y gracias a esta asignatura he aprendido muchas más técnicas y maneras para que esto no solo sea un sueño si no, también, una posible realidad en un futuro.


Gracias Irune.

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